martes, 3 de febrero de 2009

Confusión

Todo lo veía como si fuera una nube de humo negro.
Caos. Y confusión. Todo estaba revuelto. Era tanto que mareaba a la vista, y la sensación me hacía pensar que de seguir así, tendría que ir corriendo al baño más cercano.
Y respirar. ¿Para qué decirlo? Me había olvidado por completo de aquello. Aunque en realidad, sabía que no era necesario en donde estaba, en cuanto recordé que existía esa capacidad recuperé un poco el frescor que necesitaba. El mareo había disminuido un poco.
Ahora sí podía poner un poco de orden en ese caos. Y comencé a vislumbrar lo que había más allá...
Un rayo de luz. Si. ¿Un rayo de luz? ¿Pero de qué iba todo esto?

-Como si no lo supieras...- expresó una voz en mi mente. Al principio no la reconocí.
-¿Y por qué se supone que debería saberlo?- le dije.
-Es fácil. Está en tu interior, ¿no?. Entonces, por ende deberías de saber que sucede aquí-.
Muy lógico.
-Aunque me digas eso, no entiendo aún qué es todo esto. Y, por cierto... ¿qué haces aquí?- exclamé. La voz no me era extraña, pero tampoco era demasiado familiar...

Sin embargo, no la volví a oir despues de aquello. No respondió a mi pregunta. "Maldición", expresé para mis adentros.
Entonces fue cuando recordé el motivo por el cual estaba aquí. Quería pensar, quería demostrar una vez más lo que sentía. Pero era una confusión de sentimientos, y no sabía si podía ponerles orden antes de que todo terminase.

Volví la cabeza una vez más hacia ese rayo de luz. Parecía la luz del Sol que se cuela entre las nubes grises de invierno, y hacía contacto con la tierra en donde crecía el brote de una planta pequeña. Sus dos hojas verdes, unidas a un pequeño tallo en crecimiento, eran la imagen vívida del momento... Pero no me sentía cómodo aquí. No me gustaban los días grises, ni esa imagen en especial. No me gustaban los días nublados. Me deprimían. Y ese sentimiento era aborrecible.

-Nunca te gustaron, ni nunca te gustarán. Te hacen recordar esos momentos más duros de tu infancia, de toda tu vida. Aquellos que quisiste dejar atrás...-
De nuevo la voz. Ésta vez ya sabía a quién me enfrentaba. Lo comprendí al escuchar lo último.
-De todos modos, todo eso quedó ya en el pasado. Es irremediable, no se puede cambiar. Sólo cambia lo que he hecho ahora, y perfectamente puedo dar un vuelco a todas las cosas si quisiera realmente y lo hiciera-.
- Ju.- rio. -Entonces hazlo... ¿qué esperas? Es tan sencillo, tan fácil, que no entiendo por qué antes no hiciste siquiera en pensarlo...-
-Porque no me hace ni pizca de gracia la idea...- le respondí, mientras entrecerraba los ojos. Notaba como mi mirada infringía desprecio hacia el lugar de procedencia de esa voz.
-Sigo sin entender el por qué... No me basta que simplemente no te guste- respondió.

Comenzaba a hacerse pesado y molesto. No me gustaba que me criticasen cada cosa y cada decisión que tomase. A menos claro, que esa crítica tuviese un fin beneficioso... Pero aquí era simple curiosidad. Se notaba. Y venía, claro, de parte de alguien completamente desconocido para mí. ¿Quién se cree para meterse en mis asuntos? Pero... por otra parte, no me era tan desconocido. Sentía que lo conocía, quizás mucho más de lo que ignoraba.

-No es algo que te incumba- respondí. No cedería a abrir mis sentimientos.

Quizás fuese mi propia personalidad, pero no podría decir ahora qué me hizo cambiar de decisión. Estaba seguro que comenzaría una cháchara que no terminaría muy pronto, de forma similar a como comienzo un escrito, y demoro párrafos y más párrafos en terminarlo. Muchos se aburren de la lectura... tengo tanto que decir, y hay tanto que a otros ni les importa leer... Ju, como si me importara...


La voz calló un buen rato. Me daba tiempo suficiente para observar mi alrededor una vez más. Respirar se hacía pesado, fatigoso, además de incomodo. Sentía el roce en mis bronquios de un aire enrarecido, pesado, y por sobretodo muy denso. Me irritaba el interior, y en lo único que estimulaba era a toser. Muy fuerte. Tanto que podría acallar las voces de mi ser.
Nunca pude entender qué era lo que producía esa desazón, aunque tenía mis propias teorías al respecto... Cuando vi por sobre la procedencia del rayo de luz, atisbé un color celeste en el cielo. Eso me motivó.

-No importa nuestro pasado, no importa lo que fuimos alguna vez. Muchas cosas de esos momentos nos sirvieron para moldear lo que somos, lo que hicimos para expresarnos. Pero... siempre hay algo que no cambia en nuestro interior- agregué. Noté como mi respiración comenzaba a aumentar en frecuencia. De repente, el aire se hacía más fácil de respirar.
-¿Realmente crees que no hay importancia en lo que hiciste antes?- volvió a increpar la voz. -¿No te importó acaso todo el daño y el sufrimiento que lograste en algunos con tus actos?-
-No- contesté. -No como un todo. Quizás pienses que estoy siendo un poco egoísta, pero hay varias maneras de expresar lo que dije, y sólo estoy usando una de tantas. Si quieres puedo contarte lo que realmente pienso, pero necesito diez años para lograrlo. Un año para contarte lo que pienso, y siete para que entiendas por qué lo pienso-.
-¿Y los otros dos?- respondió.
-Para que me abandones y me dejes en paz- agregué.

Sabía que era lo que podía pensar. No era la primera vez que me sucedía. Muchos otros antes me habían dejado momentáneamente. Les costó mucho entender por qué lo hacía. Vinieron después, largos años después, a hablar conmigo de todo. Pero no estuvieron en el momento en que los necesitaba. Fueron mis enemigos, ellos, a quienes creía que serían mis amigos, incondicionales en todo.
Pero, de una u otra manera, no me era sorpresa. No era la primera vez, ni la última, que sucedía. Sólo debía tener cuidado de elegir bien las palabras. Era todo. Nadie entendería nunca mis sentimientos. Nadie.
Eran muy diferentes a los de un ser ordinario.

..........
.......
....
..
.

Las nubes abrieron en cuanto levanté la mirada. Allí estaba ese cielo que tanto me gustaba: celeste, limpio, brillante. Un sol radiante se elevaba en el cénit. Hacía mucho calor, pero ¿qué más daba? Prefería eso que el atisbo de frío y depresión que traía el día nublado. Lo que iba a venir, vendría, y ya habría tiempo de hacerle frente.
Los problemas habría que enfrentarlos, tarde o temprano. Pero ahora necesitaba descansar. Era demasiado para mi ser en un sólo día.

Me recosté en el suelo de pasto que había bajo mis extremidades, y me estiré en todo lo que pude de cara al suelo. Allí me recosté, con las patas delanteras lejos de mí. Dejé que mi cola meneara tranquilamente, mientras apoyaba mi hocico en el suelo. Y fue cuando lo sentí. Ese olor, esa esencia. Sonreí. Era uno de los pocos rasgos que me quedaban de mi existencia humana. Y levanté la cabeza hacia el viento. Sabía que ella estaba ahí, esperando mi regreso. Y con ese pensamiento, fui perdiendo la consciencia hasta que me cerraron los párpados, y terminé profundamente dormido...

3 comentarios:

Cristian Briceño González dijo...

It's really confusing what you've written here. Honestly, it takes me a lot of minutes to try to understand what you wanted to say.

What can I say to you after I've finished reading? It seems like a dream, but not anyone: it sounds like an special dream that made you thing about yourself, about your life, about your past and (why not) about you future. Cause I believe that everything we do is something we'll remember in the future: the future's consequence of what we've done.

Time goes by so slowly... like the song. We don't have to wait to do what we want to do, we don't have to wait for our dreams. And it's true: we can change, but deeply inside of ourselves we'll always be the child that never stops dreaming, that never stops loving the beautiful world he lives in.

Greetings! And I hope to read you soon again, I don't want to wait for more than a year again!!

Cristian Briceño González dijo...

So, I'm still waiting for your brand new comment.

You should visit my stories; I've written too many new things. It could be interesting.

Greetings!

Yo.- dijo...

igual es coo intrapersonal o algo asi
xD
ya eso, pasa por http://elblogmasfome.blogspot.com/
xD